Ésta no es sólo la historia de una bodega, es la historia de una familia ligada a una pasión: la tierra y el viñedo propio. A lo largo de los años las distintas generaciones de la familia, movidas por esa pasión, han afrontado desafíos cada vez más importantes con el objetivo de mantener una bodega viva, en constante evolución, que mira al futuro pero con profundas raíces en su pasado.
Joaquín Martínez Bujanda comienza con la historia de esta saga familiar con una primera bodega en un calado de Oyón.
Se plantan las primeras cepas de Viura en el Alto Cantabria. Esta uva se utiliza para nuestro Conde Valdemar blanco fermentado en barrica, vino de Viñedo Singular.
Jesús (3ª generación) con la ayuda de su hijo Jesús (4ª generación) se decide a comprar la primera parcela de lo que es actualmente nuestro viñedo Finca del Marquesado, que cuenta ahora con más de 180 hectáreas.
Inauguración de las instalaciones actuales y nacimiento de la marca Conde Valdemar.
Se elabora por primera vez nuestro Conde Valdemar Finca Alto Cantabria, siendo la primera bodega española en elaborar un vino blanco fermentado y elaborado exclusivamente en barrica. Esta primera producción se destina al Restaurante Akelarre.
Se comercializa por primera vez Conde Valdemar Finca Alto Cantabria tanto en mercado nacional como internacional.
Se planta la variedad Graciano en Las Seis Alhajas, siendo una de las primeras bodegas en fomentar la recuperación de esta variedad.
Son años de en los que se producen importantes novedades: se crea el primer sistema automático en Europa de control de temperatura para la fermentación en depósitos de acero inoxidable; se recupera el método de sangrado para la elaboración de vino rosado; se crea el primer monovarietal Reserva de Garnacha; y arranca el trabajo de parcelas en los viñedos.
Se planta Tempranillo Blanco en el Alto Cantabria. Pocos años más tarde, nos convertimos en la primera bodega en comercializar un vino elaborado exclusivamente con esta variedad que surge de una mutación natural de Tempranillo Tinto en Blanco.
Se planta Maturana en El Balcón de Pilatos, una variedad autóctona recuperada y única en el mundo. Además, se inaugura la bodega “boutique”, unas instalaciones destinadas en exclusiva a los vinos de finca de producciones limitadas y a las elaboraciones más especiales.
Surgen nuestros primeros vinos de Ribera del Duero.
Se desarrolla un trabajo más exhaustivo en parcelas; se producen vinos de finca y se recuperan variedades autóctonas; llega la elaboración de vinos monovarietales de Graciano, Maturana y Tempranillo Blanco.
La 5ª generación, Ana y Jesús, construyen Valdemar Estates, la primera bodega no americana en Walla Walla (Washington State).