
Historias Valdemar: Akelarre & Conde Valdemar Finca Alto Cantabria
Una bodega está llena de historias: de las personas que trabajan en ella, de las que inspiran sus ideas y por supuesto, de quienes las disfrutan. Por eso, aunque desde hace más de 125 años Bodegas Valdemar es un proyecto familiar, sentimos muy cerca a otras personas que, sea cual sea su apellido, también forman parte de nuestra historia. Y nos gusta pensar que, a su vez, nosotros hemos estado también presentes en momentos de la suya. Dicho sea con toda modestia, especialmente cuando hablamos de una figura tan importante como Pedro Subijana.
Esta historia compartida que hoy os contamos se inició hace muchos años, con su llegada al mítico Akelarre. No se trata solo de una coincidencia temporal sino, sobre todo, de inquietudes e ideas en común.
En una conversación con Jesús Martínez Bujanda que hoy os invitamos a ver, Pedro Subijana cuenta que por aquel entonces, en plena tendencia de los vinos jóvenes, se hacía una pregunta: “¿No se pueden hacer vinos blancos que tengan carácter, más profundidad, matices…?”
Una pregunta que también nos hacíamos en Bodegas Valdemar. No en vano, innovación y tradición, tradición y vanguardia son palabras que describen tanto el día a día de Alekarre como de nuestra bodega.
El resultado de esta inquietud compartida fue Conde Valdemar Finca Alto Cantabria, cuyas primeras barricas estuvieron destinadas, lógicamente, a Akelarre. La primera vez que se hizo un blanco fermentado en barrica en Rioja, se destinó a un restaurante que desde siempre ha sido una referencia gastronómica mundial.
Toda aventura digna de ser contada tiene que vencer dificultades, por supuesto; nada más aburrido que una historia sin riesgo: “Cuando uno emprende un camino en solitario por una vía que no es la que en ese momento marca la moda, está arriesgándolo todo… Pero el que no arriesga, no gana”, afirma Pedro Subijana. Jesús coincide con él: “¿Cuántas pruebas te han salido mal en la cocina? Pues a mí en la bodega ni te cuento… y en nuestro caso, la prueba que haces hoy con una vendimia, el año que viene ya no te sirve”.
Confesamos que no somos objetivos, pero nos parece que esos riesgos han merecido la pena. En el caso de Pedro Subijana, es algo indiscutible. Y en el nuestro, estamos convencidos de que no solo Conde Valdemar Finca Alto Cantabria sino muchas otras ideas, como el primer Tempranillo Blanco del Mundo o recuperar una variedad como la Maturana para crear un monovarietal con ella, también son buenos frutos del riesgo bien entendido.
A vuestra salud.